A través del tiempo las tortugas siempre han tenido un gran valor religioso y mitológico. Consideradas un símbolo de deliberación y persistencia, son admiradas y estimadas como divinidades en varias culturas.

Desafortunadamente las tortugas de mar, siguen siendo ofrecidas como delikatesen en algunos países. De igual forma son ofrecidos sus restos como souvenirs. Hasta sus huevos son excavados y vendidos ilegalmente como afrodisíacos o delikatesen especial. Todo ello sin importar que las tortugas se han convertido en una especie en vías de extinción. Las tortugas marinas son anfibios, su apariencia actual se ha mantenido prácticamente invariable durante los pasados 150 millones de años.

Las tortugas pasan la mayor parte de sus vidas en el mar, y salen de el unicamente para la época de deshove. En Costa Rica se albergan cinco tipos de tortugas marinas : La tortuga verde, la tortuga Hawksbill, la tortuga bastarda (Olive Ridley), la tortuga cueruda la no-real Hawksbill o tortuga buitre (Logghead). Es de destacar que en ninguna parte del mundo se pueden observar de mejor forma que aquí en Costa Rica, donde las hembras llegan a las costas del pacífico y atlántico, donde cavarán sus hoyos para luego proceder a depositar sus huevos. Durante este acto, el que logre obtener un buen lugar, podrá presenciar este suceso en vivo y en directo a pocos metros de distancia.

La playa de Tortuguero con una extención de 35 Kilómetros, es el lugar más importante de desove para las torugas provenientes del caribe, entre ellas la tortuga verde (una de las más estudiadas. De ella se sabe que: despues de ser fertilizada, en los meses de septiembre y noviembre por lo general, la hembra suele esperar hasta el anochecer cerca de la costa siempre en el mar. Una vez de noche, la tortuga se aventura en un largo y torturoso camino en tierra hasta encontrar el lugar perfecto para depositar sus huevos.

La tarea de desove, no es precisamente fácil, si la tortuga se siente amenazada por ruído, luces, sonidos etc..., dejará sus labores de cabado o desove y retornará al mar a la mayor brevedad posible. De sentirse segura, procederá luego de haber cabado un hoyo de aproximadamente 50 cm, a depositar alrededor de 100 huevos del tamaño de una bola de ping-pong. Luego de depositarlos, los cubrira con varias capas de arena, su labor estará casi finalizada.

El trabajo más arduo lo tendrán las crías desde el momento mismo de haber sido colocados y aún sin nacer. Si, y es que desde su primer día de vida (en los huevos), deben enfrentarse a constantes amenazas, peligros y depredadores (osos, perros, ladrones de huevos y semejantes) , de sobrevivir a estas amenazas iniciales, estarán rompiendo el cascarón aproximadamente dos meses después. Una vez que salen a la superficie aún deben enfrentarse a cangrejos y pájaros, hasta lograr llegar a salvo al agua. Esperarán hasta el crepúsculo (ocaso) para aventurarse (orientándose según la claridad del horizonte) hacia el agua "territorio más seguro" y lo decimos entre comillas, puesto que una vez en el agua, muchas se convierten en presa de tiburones u otros peces carnívoros. Para garantizar la tranquilidad y seguridad a las tortugas, y así contribuir con la reproducción de las especies y su supervivencia, se han creado zonas protegidas en los parques nacionales como el de Tortuguero. Se estima, que sólo el tres porciento de los retoños logran sobrevivir y convertirse en adultos. Mientras jóvenes se alimentan de hierbas marítimas cerca de las cosas o arrecifes. A los 50 años, llegan a su madurez sexual, con lo que regresan a las costas para aparearse y luego desovar. Desgraciadamente muchas pierden la vida en este proceso, al ser atrapadas en mallas de pesca o por ser capturadas por cazadores de tortugas. El futuro de esta hermosa criatura se encuentra en nuestras manos.